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sábado, 20 de diciembre de 2014

Recuerdos atrapados en corazones.

Siempre he pensado que en el corazón no hay medidas, pero que aún así, tiene una gran capacidad para almacenar momentos que nos han hecho sobrepasar todos los límites de la felicidad, con el tiempo convertirlos en recuerdos y a través de nuestros sentidos manifestarse en los momentos que vivimos con bastante similitud a los anteriores, -o quizás tan solo viendo a la persona que los compartió contigo.-

Aún así, jamás existirá sentimiento más amargo que mirar a alguien con quien compartes ciertos recuerdos y creías conocer, pero dadas las circunstancias llegues hasta a confundir su nombre, de si realmente es él. Nos conlleva a dudar sobre nuestros recuerdos y se nos nublan, ya no vuelven a ser los mismos porque creemos que ha podido ser todo una mentira. Una mentira que a nosotros nos ha conllevado a creernos los dueños de nuestra felicidad.

Eso somos, tan sólo recuerdos. Deseos de volver a vivir esos minutos que llegaron a hacernos saborear el clímax de la felicidad. Cada uno de nosotros vive de sus recuerdos y tan sólo nosotros mismos somos capaces de comprenderlos.

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