Visitas

domingo, 4 de enero de 2015

Detrás de cada perdón hay una puñalada.

El invierno es frío, muy frío y cruel, lo sé, pero nunca lo será tanto como aquella vez que me dijiste que querías compartir tu tiempo con la soledad y en ese mismo período de tiempo pude descubrir un nombre oculto detrás de ese vacío. Un nombre propio, de persona, que como es obvio, no era el mío. Nunca lo fue ni iba a serlo. Me di cuenta en cuanto te vi a ti con tus pocas ganas de mostrar aprecio.

El calor perdido cuando se apaga un radiador -o una simple estufa- me produce un deja vu a la misma sensación del momento en que por suerte o desgracia, las noticias sobre ti no fueron buenas, sino realistas.
"-Seguro que ha vuelto a su pasado, olvídala" - me dijo un buen amigo que consideraba un cabrón. El muy cabrón tuvo razón.


Volvió a su pasado de la misma forma que yo volví a intentar vivir únicamente conmigo misma.

No hay comentarios:

Publicar un comentario