Visitas

martes, 13 de enero de 2015

Si hay que robar, robemos tiempo.

No sé cuánto tiempo perdí entre lágrimas y suspiros queriéndote encontrar, pero fue tan largo que se me ocurrió la absurda idea de pasar el resto de mi vida sola.
Cuando me propuse a ello, tuvo lugar la casualidad más bonita que nunca antes viví. Una que como cualquier otra, no fue para nada intencionada ni imaginable.
-Aún me emociono cada vez que pienso en ello.-


Recuerdo en como el primer día me perdía en las olas que desprendía la profundidad de tu mirada. Puedo ser capaz de cerrar los ojos e imaginarme de nuevo mirándote los labios. Quiero pero no debo, pensaba. Ahora me doy cuenta de que debí hacerlo hace años. Debí buscarte por cada rincón de la província hasta hallarte, haberme dejado de rollos de una noche bajo las sábanas y invitarte a ti a explorarlas conmigo.

Entre broma y broma la verdad se asoma, solía decirme mi padre, pero en ella te asomabas tu. Tan tímida con tu sonrisa inocente de niña una pequeña que saborea con gusto un caramelo nuevo.

Tus manos me acogieron con la misma delicadeza que se recoge a un herido pájaro del suelo. Tus palabras me prometen la mitad de tus actos, y tus actos me hacen pensarte a cada instante.


Quiero robarle cada segundo al tiempo, quiero robarlo contigo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario