Esta noche he vuelto a soñar contigo, -ya van tres noches seguidas-. No sé si debe ser porque mi subconsciente aún está pendiente de ti o porque simplemente te echo de menos.
Me he despertado con los ojos llenos de lágrimas que esperaban su turno para dejarse caer por mi rostro.
Te he buscado por enésima vez esta semana, al otro lado de la cama.
No siento tristeza, ni soledad.
Siento IMPOTENCIA.
Impotencia de no poder hacer nada al respecto para calmar este sentimiento.
Impotencia de no poder hacer nada para volver atrás y intentarlo una vez más.
Te juro que quise luchar hasta el final, hasta que todas mis fuerzas se vieran reducidas a 0.
Pero no pude.
Fuiste tú quien me enseñaste que a veces hay cosas que no deben ser y jamás serán, y en ese caso es mejor dejarlo pasar.
Que el pensamiento de haber disfrutado de cada segundo sea el consuelo que hallemos en cada minuto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario