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viernes, 28 de noviembre de 2014

Personas con complejo de máquinas demoledoras.

No te andes con rodeos, no me claves un puñal para dejarme moribunda. Si lo haces, destruyeme. Te lo ruego. Revientame el alma. Déjala inerte. Vamos. Acaba conmigo.

Sé sincera. ¿Qué más da ya? Otro puñal más, otro puñal menos.
No me digas más excusas de cobarde, dime la pura verdad con su dulce sabor a dolor. Dime que pasa por tu mente cada vez que me ves. Adelante, sé sincera contigo misma y así mismo conmigo.

No necesito tu compasión -ni la de nadie- tan sólo pido ser destrozada de nuevo con la realidad que más adelante me hará abrir los ojos y cerrar el corazón. Quiero escuchar la verdad de esos labios que se custodian bajo llave. Llave oxidada. Déjame abrirla con una nueva para liberar todo lo que se convertirá en dolor. Todo lo que convertirá mis fantasías en pesadillas.


Dime la verdad; que todo fue mentira. Oxímoron, ¿no?

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