Aunque parezca imposible, hay personas que dan sin esperar nada a cambio. Sin querer recibir nada por cada uno de sus gestos.
Personas que se sienten llenas con tan sólo dar lo mejor de si mismas, que se sienten felices y satisfechas haciéndote sonreír.
Así como la felicidad es tan sólo un estado hipócrita que te deja saborearlo y cuando lo estás disfrutando se va, esta clase de personas son incapaces de cambiar o irse por muchas piedras que hayan recibido.
Solemos llamarles amigos, pero son más que eso, ya que a día de hoy le llamamos amigo al primero con el que intercambiamos un par de opiniones y nos da la razón.
Un amigo no es aquél con el que compartes buenos ratos al día, sino con el que a pesar de no vivir esos ratos sabes que va a estar ahí el dia que más le necesites, el día que no te sientas tú y necesites que alguien te recuerde como eres.
Amigo es aquél que te conoce mejor de lo que tú te llegarás a conocer nunca.
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