¿Puedes ver con transparencia la cara de alguien? Es tan sólo eso, una cara que no debe confundirse con la personalidad. Una simple imagen exterior.
Nadie es una imagen; es todas las experiencias vividas anteriormente que le han hecho ser tal como es ahora.
Sus inquietudes, sus miedos, sus manías.
Es todos y cada uno de sus defectos y virtudes, ¿puedes decirme todos los de alguien sin errar? No, porque ni tú mismo conoces los tuyos.
No juzgues a nadie, no creas conocerle por reconocer su cara y asociarla a un nombre y apellido, porque ni de ello puedes estar seguro.
Si te quieres atrever a juzgar, date la oportunidad de conocerle. Sigue los pasos que ha seguido al largo de la vida y tropieza con las mismas piedras. Báñate en las lágrimas que ha derramado, vístete con sus pieles y complétalo con sus entrañas, pero aún así, no serás nadie para juzgar a nadie.
Logra llegar a su alma y tan solo allí hallarás su verdadero nombre.
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