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martes, 11 de noviembre de 2014

Mejoras gramaticales de la vida.

Como la coma que da sentido a un verso. Alguien que da sentido al trayecto que recorro en esta vida.
Como un punto que finaliza una estrofa. Alguien que cuando aparece da por finalizadas mis preocupaciones y empieza a escribir mis mejores sueños.

¿Sabes esas comillas que a veces utilizamos para dar relevancia a un titulo? Esa fue la importancia más insignificante que marcó mi destino.

Un punto y final que acaba una historia y da comienzo a una de nueva. Una experiencia nueva. Una nueva etapa, ya sea mejor o peor que la anterior, pero tú das comienzo a nuevas historias entre líneas y comas.
Los dos puntos que empiezan el listado de objetivos a lograr en la vida, eres tú. Esos objetivos acompañados por delante de un guión. Un guión a cumplir. Un guión que sólo se puede realizar si tú lo escribes. Una línea corta y recta, como la vida misma.

Los interrogantes de la vida que cuando encuentran respuesta, vuelven a ser otros de nuevos. Otras lecciones que aprender en la vida. Lecciones que cuando son tan duras, suenan como un grito entre signos de exclamación.

Nunca me dejes escribir un punto y final en esta historia. Pero, si algún día se me ocurriese la idea suicida de hacerlo, prométeme que siempre escribirás dos más.

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